lunes, febrero 28, 2005

Inmersión

Arrancaste con gran agresividad mi ropa, apoyaste mi espalda sobre la pared y con un suave mordisco te hiciste con mis labios.
Fue entonces, mientras yo andaba perdida entre suspiros, cuando aprovechando que mi pecho estaba descubierto cogiste carrerilla y de un gran salto te sumergiste hasta lo más profundo de mi corazón.

domingo, febrero 27, 2005

La espera de Sara

Sara estaba esperando a que llegase la primavera. Se dio cuenta entonces de que se pasaba la vida esperando. Cuando era pequeña esperaba que terminase el verano para volver a la escuela. En la escuela esperaba que terminasen las clases para poder ir a pasear al parque, esperando con ansias las vacaciones. Después, cansada de esperar a ese hermano que nunca llegaba decidió que se dedicaría a esperar hacerse mayor. Fue una larga espera y mientras tanto empezó a hacer una lista con todo lo que esperaba conseguir cuando por fin llegase ese momento. Pasaron los años y por fin se había hecho mayor. Entonces olvidó en que cajón había guardado la lista con las cosas que debía esperar cuando fuese mayor, así que se dedicó a esperar a que alguien la quisiese, esperando que alguna vez sonase el teléfono mientras esperaba que la fueses a buscar. Esperó también para tener hijos, esperó a ahorrar el dinero suficiente para poder hacer aquel viaje, esperó dejar de estar sola.
Sara se había cansado de esperar a que su perro Blas dejase de olisquear entre las flores para seguir junto a él su paseo para el que siempre esperaba a que diesen las cuatro y media de la tarde. Así que se desvió del camino acercándose a las vías. Sara, sentándose entre los raíles había tomado una decisión, por fin iba a dejar de esperar cosas. Pero antes, tenía que esperar hasta que pasase el próximo tren.

viernes, febrero 25, 2005

“A veces, oigo una canción de los Hollies en la radio y me viene a la memoria el sentimiento que tuve, pero ya no me duele. Al contrario, Me resulta grato, como cuando encontramos una flor seca entre las hojas de un libro”.


El hijo del acordeonista. BERNARDO ATXAGA.

Que me coma el tigre

Caminaba tranquilamente sin salirse del sendero pese a que la carretilla pesaba unos cuantos kilos. Era la segunda vez que miraba el reloj en el último cuarto de hora y parecía que el tiempo no pasaba, quedaba aún tiempo de sobra para llegar puntual a la hora de la comida. Como ya era habitual un grupo de jovencitas esperaban cuchicheando frente a la jaula. Alberto tenía mucha fama entre las chicas, era según decían, el cuidador más atractivo y valiente si hacíamos caso a todas las historias que contaban de sus años como aventurero en África. Él sabía que era el animal que más las atraía. Además ese día soleado estaba especialmente de buen humor. Por eso comenzó a sonreír y sin dejar de mirar a las chicas comenzó a cantar “yo lo quiero es que me coma el tigre, que me coma el tigre...” mientras abría la jaula. Justo en ese momento Shanga rugió fieramente. Alberto no paró de correr hasta la salida del zoológico

Ganando 2-1

Esta semana he ganado dos a uno. Apenas vi la nieve porque dentro de mi cobertura la fui derritiendo lentamente con cada uno de mis pasos. El sol tocaba la armónica mientras yo bailaba con aquel fresno larguirucho que siempre estaba pensativo a la orilla del río. Tres gorriones tocaban palmas mientras hacían coros y se olvidaban de que aún hacía mucho frío. Esta semana he ganado dos a uno pero creo que aún no ha llegado el final del partido. Y ahora resulta que mi campo está lleno de nieve y los gorriones se han llevado las palas con las que abrir el camino.

lunes, febrero 14, 2005

Más droga para el estribo

Receta para un invierno de 2005. Machaco y machaco hasta que cojo asco. Y los nominados son:
Ahora sé que estás, dúo en directo por Mikel Erentxun y Amaia Montero en el 98 en Alicante.
I believe in you, último single de Kylie Minogue, que podemos alternar de vez en cuando con el regreso de la momia, esto... el Believe de Cher.
El terrorífico dúo de Amaia Montero y José Luis Perales en Por qué te vas.
El (des)esperanzador dúo de El Canto del Loco con Amaia Montero, Puede ser.
El melancólico y ya clásico dúo de Álex Ubago con... ¿lo adivinan? ¡¡Amaia Montero!! en Sin miedo a nada.
Y en lo más alto del top, directamente desde la cantera Arosa Greatest Hits... ¡Pastora Soler nos pide agüita y se deja ronear en Dámelo ya!

domingo, febrero 13, 2005

El día que comimos mariposas

Aquel día fuimos a comer frente del mar, extendimos una manta a cuadros azules y rojos sobre la hierba verde y me acomodé apoyando mi cabeza sobre tu regazo. Tú me relataste historias protagonizadas por las nubes que empujadas por el viento adquirían inimaginables formas. Luego contamos gaviotas que alborotadas no paraban de graznar por toda la costa. Y de repente algo nos debió de sentar mal porque las mariposas que habíamos comido empezaron a revolotear dentro de nuestro estómago hasta que emprendimos vuelo junto a las gaviotas.

Muere la semana

Y no lloraré por ella. Por suerte mañana nace una nueva. Todos sabemos que será mejor que la que nos deja. No siempre lo es. Ésta lo es.

Unos vienen otros van, lo puedo ver por el cristal.

Aunque cada vez son más pequeñitos.



Y a veces dudo que me importe.




Sólo sé que duele.

lunes, febrero 07, 2005

9.75

Tu olor despierta mis sentidos,
empieza en ese momento la dulce carrera
por llegar hasta el infinito.
Exhausta cojo fuerza en cada uno de tus besos.
En la meta un montón de números se escurren entre mis manos.
Cariño, debemos seguir intentándolo,
ya estamos cerca.
Cada vez más cerca del número perfecto.