El día que comimos mariposas
Aquel día fuimos a comer frente del mar, extendimos una manta a cuadros azules y rojos sobre la hierba verde y me acomodé apoyando mi cabeza sobre tu regazo. Tú me relataste historias protagonizadas por las nubes que empujadas por el viento adquirían inimaginables formas. Luego contamos gaviotas que alborotadas no paraban de graznar por toda la costa. Y de repente algo nos debió de sentar mal porque las mariposas que habíamos comido empezaron a revolotear dentro de nuestro estómago hasta que emprendimos vuelo junto a las gaviotas.
2 Comentarios:
Y que cuelgues esto un 13 de febrero a las 23.59...
Mmm.... no necesito que sea un día concreto para sentir como revolotean las mariposas ;P
Y... por si os interesa, este microrelato está retocado y editado también en: www.elllantodelaslibelulas.com
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