miércoles, junio 01, 2005

Cuando cayó el sol...

empezamos a correr entre callejones muertos
huyendo del eco de nuestros pasos.
Trepamos por telas de araña
que trataban de enmarañarse en nuestro pelo desesperadamente.
En ese preciso momento se me ocurrió
que no deseaba otra cosa que convertirnos en animales salvajes.
Quería ser una pantera.
Quería hacer el amor contigo como si fuésemos perros.
Gritar como una loca.
Devorarte al final y tenerte dentro de mi para siempre.