domingo, agosto 01, 2004

Magia en el retrete

Una noche de verano. Una noche estupenda, una noche apetecible. La ciudad está animada, pero tranquila. Es esa calma tierna de la que sólo las fiestas locales la despertarán. Un remanso en el devenir insaciable del calendario. La luna resplandece generosa y simpática en el cielo, coronando el escenario. El tiempo se ha detenido. Una compañía agradable, una mirada cómplice. No. Estás solo. La luna. Los semáforos. Tú. Estás solo. El reloj vuelve a correr. No. Hoy la magia se va por el retrete.